Mi abuela paterna se llama(ba) Elsa, una mujer que congregaba multitudes, le encanta(ba) organizar celebraciones en su espaciosa casa. Así es la niñez que recuerdo con ella: noches de guitarreos, cositas ricas para comer, risas y brindis.
Una noche en medio de una de las tertulias llegó un personaje que me llamó la atención, vestía un poncho de lana y tenía una actitud tranquila,
En un momento pide que se despeje el centro de la sala y nos pidió que formáramos una fila, yo me sentía frustrada porque quedé lejos de la acción.
El mago con voz calmada nos pidió que pensáramos en un animal, cada uno fue diciendo su elegido en voz alta, nuevamente me piqué, no podía ser que fueran mencionando todos los que había pensado, mis opciones eran cada vez menos, noo!
Estaba pensando en eso cuando le puse atención a la segunda parte del truco, cada vez que uno de nosotros nombraba su animal, el mago levantaba su poncho y lo rodeaba cubriéndolo por completo por unos 20 segundos, luego de eso todos iban a sentarse a su lugar sonriendo.
Mi curiosidad aumentaba y mi ansiedad para qué decir, se acercaba mi turno y no encontraba mi animal, esperar y esperar hasta que ya! Llegó el momento, frente al misterioso sujeto que era enorme en comparación conmigo tuve que decidir,
Me pregunta
–¿cuál es tu animal?-
Le respondo
-una mariposa-
y ahí, en cámara lenta el fue levantando su poncho para revelarme su secreto:
lo que escondía era mi reflejo.
Un acto tan sencillo que consiguió una comunión entre los asistentes y el presente,
Tan similar a una sesión de tarot.
Si quieres participar de una sesión de tarot por chat o presencial puedes contactarme en el e-mail marcia.cifuentes.m@gmail.com
muy bonito Marciaa! y qué bella foto de tu abuela seguro que heredamos muchas cosas de nuestros antepasados que vamos descubriendo con e tiempo...un abrazo
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