Hoy 8 de enero de 2014 nos estamos incendiando,
Todo huele a humo en Santiago de Chile y varias otras regiones,
Desapareció la cordillera y el sol es apenas un puntito rojo que se esfuerza en iluminarnos. Desaparecen las chimeneas de las fábricas y sus desechos de pierden en el gris que esconde el cielo.
Muchos de estos fuegos provocados, descuido, ambición desmedida o locura.
(Locura no poder decretar alerta ambiental porque es un concepto ligado a la palabra invierno. Si por lo menos hay otras palabras que sirven: "alerta sanitaria", lentamente, a ritmo de servicio público se van tomando las medidas que puede se hagan efectivas cuando la emergencia haya sido superada)
Y así continuamos funcionando como si nada, tragando hollín, con el corazón apretado, trabajando, yendo al supermercado, saludando al vecino; tal como hace dos años estuve cuando la casa de todos mis veranos estuvo a metros de ser tragada también.
Fuego, quienes te conocen saben que eres en extremo caprichoso, saltas de un lugar a otro sin pedir permiso, dejas árboles sanos en medio de una multitud carbonizada.
¿Quienes juegan con fuego se van a quemar?
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